Tras la pista 2

"LA LLAMADA"

Don Mario era un importante hombre de negocios de la ciudad, muchas empresas habían surgido de la nada gracias a su gran capacidad en los negocios. Sólo unos años atrás había sido nombrado “Empresario del año”, galardón con el que se premiaba su sagaz vista para adelantarse a los tiempos con sus ideas innovadoras que le habían permitido crear un pequeño imperio empresarial y cuyo diploma colgaba orgullosamente en su despacho.

Aquella tarde, tras una corta conversación telefónica colgó el aparato y se dirigió cabizbajo y pensativo, desde la biblioteca de su casa hasta su despacho, situado en el otro extremo del pasillo.

Según contó el mayordomo, lo vio pasar por el pasillo, y observó que algo raro le debía de ocurrir, pero se contuvo de preguntar, sabía por otras ocasiones que a su jefe no le gustaba nada que se inmiscuyera en sus asuntos personales ni de negocios. Don Mario, según relató a la policía, al entrar en su despacho no cerró la puerta tras de sí, por lo que pudo ver todo lo que ocurrió allí.

Contó que lo vio situarse de pie, ante su escritorio, que abrió uno de los cajones y tras una breve pausa extrajo un revolver y sin dejar pasar un instante apretó el gatillo. La fuerza del disparo le hizo retroceder violentamente un paso, tropezando bruscamente contra un espejo que tenía en la pared justo tras de sí.

Cuando el mayordomo quiso reaccionar ya era demasiado tarde, conforme se acercaba a Don Mario, pudo observar como sus piernas comenzaba a aflojarse y suavemente se deslizaba, apoyado en el espejo, hasta caer sentado en el suelo, dejando, al resbalar, una gran mancha de sangre sobre el cristal. Tras lo cual, pensó, que lo único que podía hacer era tomarle el pulso para comprobar si había muerto y avisar a la policía.

El Inspector Sánchez descubrió que Don Mario increíblemente, pasaba por importantes dificultades económicas.

Varios de sus negocios, en los que había invertido todo su capital, y que había emprendido últimamente, le habían hecho perder una gran fortuna y desde hacía varios días esperaba con impaciencia una llamada telefónica en la que algo muy importante debieron comunicarle para que decidiera tomar aquella decisión.

Tras escuchar atentamente la declaración del mayordomo el Inspector, pensó que por lo sucedido tendría que localizar a la persona con la que Don Mario habló telefónicamente unos minutos antes de tomar tan fatal decisión, al objeto de poder conocer más detalles.

Sin embargo, no fue necesario y tras el asombro del resto de los policías ordenó que se detuviera al mayordomo acusado de asesinato.

¿Sabes cuál fue el detalle que permitió saber al inspector que el mayordomo había mentido en su declaración y que no se trataba de un suicidio?.